La desidentificación
La Consciencia no es simplemente el testigo, sino también la sustancia de cada objeto que aparece en ella. Cada objeto está hecho de Consciencia. Es una expresión de la Consciencia.
En
primer lugar, entendemos que los objetos aparecen a la
Consciencia.
Después,
entendemos que los objetos aparecen en la Consciencia.
Después,
entendemos que los objetos aparecen como Consciencia.
De este modo, la
Consciencia reabsorbe el cuerpo, la mente y el mundo en sí misma.
Incluso
esa formulación no es del todo correcta, porque sugiere que un objeto, de
alguna manera, ha venido de fuera y ha aparecido dentro de la Consciencia,
que la Consciencia se ha apropiado de ese objeto.
Sin embargo, la
Consciencia está allí en primer lugar, antes de la aparición de cualquier
objeto. La primer experiencia que tuvimos como recién nacidos fue
experimentada por esta misma Consciencia que está presente ahora, viendo estas
palabras.
Por supuesto, no tiene
ningún sentido decir "antes," porque cuando no hay objetos, no hay
tiempo, sin embargo tenemos que aceptar esta limitación del lenguaje.
No
es que la Consciencia se haya apropiado de ese objeto, sino que la
Consciencia toma
la forma del
aparente objeto,
a través de las facultades de sentir y percibir, y, sin embargo, al mismo
tiempo, siempre permanece como sí misma.
Inicialmente, la
Consciencia se identifica a sí misma con el objeto, y al hacerlo, parece
olvidarse de sí misma. Cuando la Consciencia parece olvidarse de sí misma,
el "objeto" es experimentado como un objeto con su propia aparente
existencia separada.
Después, toma la forma
del objeto sin olvidarse de sí misma. Cuando la Consciencia toma la forma del
objeto sin olvidarse de sí
misma, el "objeto" es experimentado como una expresión de la
Presencia misma.
De
hecho, la Consciencia toma la forma de cada experiencia que tenemos. En esta
condición nosotros, la Consciencia, nos conocemos a nosotros mismos como
siendo todo.
La nada transparente,
luminosa, vacía, auto-consciente de la Consciencia toma la forma de la
totalidad de nuestra experiencia. Se
conoce a sí misma como todo.
La Consciencia es siempre
solo ella misma y sin embargo, al identificarse exclusivamente con un objeto,
el cuerpo-mente, parece convertirse en algo. Parece convertirse en un objeto.
Al des-identificarse del
objeto, se realiza a sí misma como el sujeto. Se
realiza a sí misma como nada, como vacía. Es decir, se da cuenta que no es
un objeto, que no es una "cosa."
Al
reconsiderar el objeto desde la posición del sujeto se da cuenta de que el
sujeto, ―es decir, ella
misma― es la que da forma al objeto. Se
realiza a sí misma como todo.
Esta condición podría ser
llamada Amor.
Es el estado natural en el que la nada del testigo es liberada de toda
objetividad o limitación y se realiza a sí misma como la sustancia misma de
todo. La Consciencia se conoce a sí
misma como todo.
Rupert Spira
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