jueves, 20 de julio de 2017


La desidentificación

La Consciencia no es simplemente el testigo, sino también la sustancia de cada objeto que aparece en ella. Cada objeto está hecho de Consciencia. Es una expresión de la Consciencia.

En primer lugar, entendemos que los objetos aparecen a la Consciencia.
Después, entendemos que los objetos aparecen en la Consciencia.
Después, entendemos que los objetos aparecen como Consciencia.

De este modo, la Consciencia reabsorbe el cuerpo, la mente y el mundo en sí misma.
Incluso esa formulación no es del todo correcta, porque sugiere que un objeto, de alguna manera, ha venido de fuera y ha aparecido dentro de la Consciencia, que la Consciencia se ha apropiado de ese objeto.

Sin embargo, la Consciencia está allí en primer lugar, antes de la aparición de cualquier objeto. La primer experiencia que tuvimos como recién nacidos fue experimentada por esta misma Consciencia que está presente ahora, viendo estas palabras.
Por supuesto, no tiene ningún sentido decir "antes," porque cuando no hay objetos, no hay tiempo, sin embargo tenemos que aceptar esta limitación del lenguaje.
No es que la Consciencia se haya apropiado de ese objeto, sino que la Consciencia toma la forma del aparente objeto, a través de las facultades de sentir y percibir, y, sin embargo, al mismo tiempo, siempre permanece como sí misma.
Inicialmente, la Consciencia se identifica a sí misma con el objeto, y al hacerlo, parece olvidarse de sí misma. Cuando la Consciencia parece olvidarse de sí misma, el "objeto" es experimentado como un objeto con su propia aparente existencia separada.
Después, toma la forma del objeto sin olvidarse de sí misma. Cuando la Consciencia toma la forma del objeto sin olvidarse de sí misma, el "objeto" es experimentado como una expresión de la Presencia misma.
De hecho, la Consciencia toma la forma de cada experiencia que tenemos. En esta condición nosotros, la Consciencia, nos conocemos a nosotros mismos como siendo todo.

La nada transparente, luminosa, vacía, auto-consciente de la Consciencia toma la forma de la totalidad de nuestra experiencia. Se conoce a sí misma como todo.
La Consciencia es siempre solo ella misma y sin embargo, al identificarse exclusivamente con un objeto, el cuerpo-mente, parece convertirse en algo. Parece convertirse en un objeto.
Al des-identificarse del objeto, se realiza a sí misma como el sujeto. Se realiza a sí misma como nada, como vacía. Es decir, se da cuenta que no es un objeto, que no es una "cosa."
Al reconsiderar el objeto desde la posición del sujeto se da cuenta de que el sujeto, ―es decir, ella mismaes la que da forma al objeto. Se realiza a sí misma como todo.

Esta condición podría ser llamada Amor. Es el estado natural en el que la nada del testigo es liberada de toda objetividad o limitación y se realiza a sí misma como la sustancia misma de todo.  La Consciencia se conoce a sí misma como todo.
Rupert Spira

No hay comentarios:

Publicar un comentario